Siento que algo quiere salir de mi; algo liviano, sensible y de corazón. No puedo sacarlo, esta ahí. Presiona pero no se si saldrá en estas líneas, si agarro la guitarra o cierro los ojos y sueño...
Se escapa una esperanza, muy brillante que corre feliz por el aire. Atrás le sigue un miedo, que va gruñendo y camina temeroso de que alguien lo haya visto. También lograron fugarse por mi boca ansiedad, enojo, rencor y amor.
La ansiedad toma la delantera, logrando superar incluso a esperanza, que se recostó a ver pasar a todos y parece que va a esperar por mucho tiempo. Enojo y rencor vienen a la par. Enojo es la hija de Rencor. Este parece estar destiñéndose todo el tiempo, pero cuando parece que va a desparecer, Rencor lo vuelve a pintar.
Y amor que es transparente, tanto que casi no se ve. Se siente. Es tan grande que logra acaparar todas las criaturas que salieron de mi alma para afuera. Ya están todas dando vueltas por el mundo, mi mundo. Dicen en voz alta que tienen algo entre manos. Son enemigas a veces, son inseparables otras. Se atacan, se dañan pero no se matan. Entre ellas me están preparando un portal. Un portal del que dicen me llevará a un lugar donde combinan el cielo y el suelo, el fuego y el agua, la emoción y el desencanto.