jueves, 22 de octubre de 2015

La desilusión

Me presagiaron una desilusión muy grande. Los dioses buscan equilibrio. Muchas bendiciones vengo recibiendo y es hora de algún rayo de oscuridad. Así me lo cantó el hada que se posó en mi hombro  una noche, en un largo sueño, que comenzó en el barro y termino en una nube.

Desde allí vengo pensando cómo será, de donde vendrá, por que será. Pensé en amigos que podían traicionar, en la familia que me podía lastimar o en los proyectos que se podrían derrumbar. Los primeros días camine con miedo, y caución. Decidí no ilusionarme con nada, no acelerar a fondo en ninguna recta y evitar embarcarme en naves llamativas pero inciertas. Con el tiempo empecé a olvidarme y seguir mi vida como siempre.

Pero una mañana de sol, con el viento a favor y la calma previa a un huracán, me llegó una tormenta de palabras. Unos dardos envenenados con mentiras y confusiones.Y luego vinieron las balas. Justas. Precisas. Las que no esperaba. Y ahí no más quedé. Inmóvil. Agonizando. Solo le pregunté: ¿porque no me dijiste que la desilusión eras vos?

 Y así sigo. En el barro en el que empecé. Esperando que vuelva el hada y me lleve a las nubes.