viernes, 16 de abril de 2010

Riquelme: el demonio que juega de 10

¿Cuál será el pecado de este jugador de futbol que siempre ha subrayado que jugar al deporte más popular del mundo lo hace feliz?¿Cuál será el error que cometió el muchacho oriundo de los sectores marginales del gran Buenos Aires? que a menudo remarca que su madre es lo mas importante que tiene ¿En que se equivoca este señor que es de poco reír? que afirma que sus amigos siempre serán los que conoce de chico, en su barrio, que no le interesa hacer amistades en el superficial mundo del futbol
Empecemos a dilucidar algunas hipótesis:
1)Su procedencia de un sector muy pobre junto con su apariencia física típica de cabecita negra, hace predisponer mal a un sector social.
2)Su cara de triste, su antipatía ante los periodistas y sus pocas palabras son irritantes para algunos.
3) Enfrentarse a personajes de mucho poder, como lo son Mauricio Macri, Diego Maradona o Martín Palermo, lo cual inmediatamente lo coloca frente a un aparato inmenso multimediatico que lo apunta a cada segundo sin importar que municiones utiliza.
4)Exaspera su frialdad para jugar al futbol, esa tranquilidad que lo lleva a ser el mejor asistidor del mundo, a no arrojarse a los pies para recuperar una pelota. La misma frialdad que lo convierte en un hábil declarante ante los hambrientos reporteros con sus micrófonos.
La respuesta está un poco de cada una de esas hipótesis: que sea de Don torcuarto implica que a muchos les moleste que un "negrito" pida tanta plata en un contrato y que encima le reconozcan una inteligencia superior a la media para la estrategia futbolística. También influye su personalidad tan poco interesada en caer bien a los demás, esa forma de ser que lo hace compinche de los suyos, y tan indiferente ante los otros.
Los enemigos que se elige son capaces de armar espectaculares maniobras en su contra, tanto Macri, desde su condición de "héroe" de Boca se da el lujo de tratarlo de mal ejemplo, de criticarlo cuando puede. Pero este imitador del topo gigio, solo le respondió dos veces: aquella inolvidable jornada en la que luego de su gol le puso sus oídos a disposición en su cara y en la conferencia de prensa del 16 de abril donde solo reflexiono:"si se acuerda tanto de mi es por que me debe tener cariño".
Con el otro ídolo del club, ese que no se cansa de dar notas a todos, el que pasa mas dinero a la 12 que ningún otro jugador, que visita a la cárcel a los mas peligrosos barras, el mismo que gestionó la salida de un técnico(reconocido por el propio DT), y que pidió a Carlos Bianchi que sacara a un compañero para poner a un amigo, no tiene buena relacion, pero el apuntado siempre es el que renunció dos veces a la seleccion.
El otro, que es el políticamente correcto, oriundo de una clase media, rubio, gentil, sonriente, el mismo que sacó a relucir todos los problemas al público, hace que se demonice al villero, al triste, al conflictivo, al que cuando terminó el partido con Arsenal en el cual el 9 batió el record se acercó a felicitarlo y darle un abrazo. Pero el máximo goleador se olvido de contar esa parte en su maratónica recorrida por los canales y las estaciones radiales para desprestigiar al demonio.
El 10 nunca le contestó con frases polemicas, sólo tuvo palabras de elogio para el goleador, lo mismo que con el mejor jugador de la historia. Al que le dijo que no a la convocatoria por no haber tenido los códigos que el acostumbra a tener, de no hablar de frente, de no llegar a un lugar perjudicando a otros para alcanzarlo.
No es casualidad que la 12 la hinchada elegida para ir al mundial haya sido la única parte de la cancha de Boca que cuando fue Diego no alentó al llamado "pecho frío" y que gritó mas fuerte Palermo, cuando el resto del estadio alentaba al "negrito".
Su falta de carisma, su falta de acciones tribuneras en la cancha (como correr para todos lados y tirarse a los pies a cada rato), es el ingrediente que falta. Sumado a su valentía para darse el lujo de no festejar un gol con los violentos, a pesar de las represalias que puede llegar a tener, conforman el coctel final para ser un blanco perfecto para los grandes medios de comunicación.
Juan Román Riquelme siempre será cuestionado mientras sigan los mismos de siempre, mientras en los canales de deportes y los programas de radio sean los mismos.
Pero él, va a seguir siendo igual, el mejor jugador del futbol argentino, el que tenga compañeros de trabajo y no amigos y el que resalte los códigos de barrio por sobre todas las cosas.

 

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