viernes, 22 de abril de 2022

Hay dias...

 

Hay días que siento que puedo cambiar el mundo, entonces es todo energía, alegría y esperanza. Me levanto, pongo música fuerte, se menean las cinturas y hasta me miro al espejo.

Otros días no tengo ganas de levantarme, quiero pasar el día cubierto por una sabana, anhelando que llegue la hora de dormir nuevamente, mirando cosas sin sentido en el celular, recordando momentos felices y llorando decisiones y decepciones. Esos días siento que no puedo cambiar ni mi triste vida monótona y aburrida.

En el medio, hay días que puedo levantarme, no me miro al espejo ni pongo música, la energía no sobra, pero alcanza para transitar un día en la ciudad, enfrentar las miradas cargadas, los dolores ajenos, las dudas y el miedo.

En cualquiera de esos dias, sean buenos, malos o regulares; cada tanto, siento   una lucha en mi interior,  sentimientos que buscan escapar,  esa sensacion dura unos segundos y desaparece, como si un intento de fuga se hubiera frustrado. Pero, a veces sucede un cosquilleo que continua con una explosión en donde siento un exilio desde mi corazon. 

No puedo manejarlo, solo sucede. Cuando los fugitivos encuentran la libertad son momentos muy agradables, me encuentro con mi lado creativo , se llena la barra de energía. Puedo escribirte, puedo cantarte, puedo amarte sin peros, puedo olvidar, puedo curar y perdonar, sé bailar y  cantar esa melodía que late muy fuerte.

Ya después de tantos días de subidas y bajadas, no sé distinguir bien cuando estoy arriba o abajo, pero sí, logro entender que al mundo ya no lo voy a cambiar. Sin embargo, puedo aprovechar la energía y cambiar mi día, tal vez el tuyo,  mostrarles  otros colores a mis detractores, y  hasta puedo leerle una poesía a un amigo y quizás le cuente una historia a un desconocido.



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